jueves, 20 de agosto de 2009

Páginas nauseabundas


La Náusea de Jean Paul Sartre me ha dejado tan clavada que no he podido más que dedicar algunas palabras, siempre inocentes e insuficientes, a todas aquellas puertas que, con buena voluntad, ha abierto en mi seco cerebro –disecado por el “vegetatismo” veraniego y el calor deshidratante de Barcelona-. Lo que voy a hacer aquí es expresar de una forma impulsiva la interpretación que humildemente he ejercido sobre la teoría sartriana y su idea de existencia. En primer lugar, quiero recomendar fervientemente un buen baño sartriano en el lago de La Náusea a cualquier individuo que tenga ansias de agarrarse a nuevas perspectivas sobre la vida, que necesite nuevas formas de asumir su existencia. Aunque para Sartre ésta sea una náusea, puede ser que para otro el descubrimiento del existo sea un gustoso masaje vital y moral.

La pregunta que me formulo tras la lectura de estas nauseabundas páginas es si la existencia es posible en la sensación y no sólo en el pensamiento. “El cuerpo, una vez que ha empezado, vive solo. Pero soy yo quien continúa, quien desenvuelve el pensamiento. Existo. Pienso que existo. ¡Oh, qué larga serpentina es esa sensación de existir!” dice Sartre. “Yo soy mi pensamiento, por eso no puedo detenerme. Existo porque pienso… y no puedo dejar de pensar.” Y por lo tanto no puede dejar de vivir. Por lo tanto pensar que existes es existir, ¿pero es esto realmente vivir? Tal vez Sartre tenga razón y la existencia sólo pueda estar en el pensamiento: al adquirir la conciencia de tu existencia sabes que existes junto con las demás cosas que existen, ¿pero entonces no es posible existir fuera de la conciencia de la existencia? Es decir, no sé si realmente puedo existir sin más porque para poseer la serpentina de la existencia hay que desenvolver el pensamiento, no es posible replegarlo. Pero entonces, si la existencia está sólo en el pensamiento, ¿es válida como existencia? ¿Pensar que existes es existir? Si es posible el espacio del no-pensamiento entonces quiere decir que es posible el espacio de la existencia o sería, en todo caso, el espacio de la no-existencia. “Soy, existo, pienso, luego soy; soy porque pienso, ¿por qué pienso? No quiero pensar más, soy porque pienso que no quiero ser…”, formula el filósofo. Con las teorías de Sartre estamos abocados al antideterminismo de la vida, lo que obstruye positivamente o negativamente (depende de cada lector que exista) el objetivo existencial, la razón para vivir. Os preguntaréis qué tiene que ver La Náusea: La Náusea es la plena sensación de la existencia (esta plena vitalidad para Sartre supone una náusea horrenda que provoca un profundo malestar): la náusea soy yo, no se puede luchar contra ella.

He llegado a la conclusión de que el existencialismo es, básicamente, una forma de percibir la realidad, es una perspectiva para que al humano-existente adquiera otros ojos y amplíe su conciencia. Para eso sirve la filosofía y para eso Sartre escribió este libro. Aun así, yo, humano-existente, intento mirar la existencia desde esta perspectiva, fuerzo mi visión de la vida, miro y pienso: “esto existe, yo existo”, pero me doy cuenta que, en el fondo, sólo pienso y este pensamiento mío me engaña y me hace creer que en algún momento puedo adquirir una plena existencia, pero no es así, sólo he pensado que existo.

Para Sartre, los únicos que se salvan de La Náusea, del pecado de existir (no por completo, claro) son los héroes que han creado arte, música, libros, que se han adueñado de la eternidad: se han salvado “tanto como puede hacerlo un hombre”, dice Sartre. Aquéllos que participan de esta eternidad, creadores y receptores, los que se aprovechan de estos instrumentos para el recuerdo vital, de los libros, de la música, del arte, de las personas, van a ser conocedores del placer de existir y La Náusea quedará olvidada para siempre.

2 comentarios:

  1. ¡Aloha Cousin!

    Vaya, veo que en este apartado has escrito sobre aquel libro que te tenía tan absorta durante nuestra estancia en las tierras turcas.
    La verdad, me ha parecido interesante lo que has mencionado sobre el pensamiento de Sartre.
    Le encuentro su lógica, y me ha hecho pensar.
    Yo creo que es cierto que la existencia va de la mano del pensamiento.
    Cuando una persona muere, deja terminantemente de pensar, de opinar, de interaccionar con otras personas. Su existencia da a cabo a su fin. Una persona sin pensamiento es un ser vacío, vegetativo, una máquina sin motor.

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  2. Gracias por tu comentario,señora anónimo. Espero que La Náusea te achaque pronto, veo que vas por el buen camino.

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